LA ARTISTICA

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La fábrica La Artística, fundada a finales del siglo XIX y situada en un gran edificio en la que hoy es la calle Juan Flórez, por aquel entonces Camino Nuevo, poseía unas instalaciones bastante completas con una moderna maquinaria accionada por una turbina de vapor de quince caballos, que también ponían en funcionamiento la dinamo que alumbraba la fábrica.

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Las máquinas tenían la particularidad que las diferenciaban de las que se dedicaban a la litografía ordinaria de papel y era que que la matriz no imprimía directamente sobre la hoja sino sobre un cilindro de caucho que alternativamente recibía la impresión de la matriz y la devolvía sobre la hoja de la lata.

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Al salir de las máquinas, las hojas pasaban a las estufas, donde con una temperatura entre 110º y 125º los colores adquirían la solidez necesaria para resistir el agua caliente, y la acción prolongada del baño María contribuía a la destrucción de los microbios que pudiera tener la hoja de lata. Después de sacarlas de la estufa sólo había que pasarlas a las máquinas de estampar para darles relieve y cortar la piezas o confeccionar las cajas, operaciones mecánicas.

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La Artística, además del fotograbado de metales, tenía la patente para la fabricación de azulejos metálicos estampados.

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Trabajaban habitualmente 60 trabajadores, en 1902, por ejemplo, los productos elaborados sólo para España supusieron 6 millones de pesetas.